martes, 23 de agosto de 2011

Con las manos en la masa




Muchas veces, has escuchado a un hombre decir, “Mi amor no es lo que tu piensa”, estoy segura que no le creíste porque la rabia te cegó, en muchos de los casos es cierto lo que vemos, pero hay otras ocasiones en que los chicos nos dicen la verdad y estas simpáticas historias muestran que nada mata más rápido la pasión que ser descubiertos en plena acción y que en mayoría de los casos pasaron inocentemente.

Terapia sexual

“Estaba de vacaciones con mis padres y otra familia. Después de un serio flirteo, uno de los chicos de la otra familia y yo terminamos empatándonos. Una noche nos desenfrenamos en su cuarto del hotel, y cuando él estaba completamente desnudo y yo encima de el, ¡entro su mama! Lleno de pánico, el salto de la cama y se encerró en el baño, dejándome sola con ella, que era una sicóloga que me conocía desde niña y que enseguida procedió a darme una conferencia sobre el sexo seguro. Mientras tanto, el hijito se negó a salir del baño y ni siquiera me dio un poco de apoyo moral”. – Hilda, 19 años.

Un ex apasionado
“Hacía poco que había roto con Nicolás, después de un año de novios. Maneje las cosas bastante bien y empecé a salir con mi amigo Juan. Una noche, después de una cita con él, lo lleve a mi casa. Empezamos a acariciarnos en la sala, y pronto el me estaba arrancando la ropa de encima. Estábamos pasándola fenomenal… ¡hasta que Nicolás entro por la puerta! Todavía tenía la llave de mi apartamento y había venido para hacer las paces. Cuando vio a Juan se puso furioso y lo hizo salir corriendo a la calle a medio vestir”. – Rachel, 23 años.

Entre sabanas ajenas

“Mi compañera de casa es muy quisquillosa y nunca deja que nadie toque sus cosas. Un día yo estaba en casa aburrida y me entraron ganas de hacer una travesura, así que invite a mi novio, lo lleve al cuarto de ella y empecé una sesión hot bajo su cobertor. Estábamos tan entusiasmados que no oímos abrirse la puerta, y de pronto sentimos a mi amiga que gritaba: ¿Qué demonios están haciendo? Mi novio se paralizo en medio de un movimiento de penetración. Ella estaba parada en la puerta con la boca abierta y echando chispas por los ojos. Yo balbucee algo sobre lavarle las sabanas, pero ella se negó tajantemente y estuvo un mes sin dirigirme la palabra”. – Carla, 28 años

Encuentro  escondido

“Mi novio y yo estábamos en un restaurante elegante y, como nos sentíamos muy audaces, nos metimos en el baño de mujeres y empezamos a tener un rapidito en un cubículo vacio. Al parecer, un camarero nos vio y le aviso al manager, porque a los pocos minutos irrumpió en el baño exigiendo que saliéramos. Yo le dije que mi novio estaba ayudándome a sacar algo que me había caído en un ojo pero él no lo creyó y nos escolto afuera, a través del restaurante y hasta la puerta de la calle, mientras todo el mundo nos miraba con desaprobación”. – Maritza, 25 años

El banco de la impaciencia

“Mi novio y yo estábamos de vacaciones en Sananá y fuimos en una excursión a visitar un castillo antiguo. Mientras cruzábamos lo que había sido el foso, ahora convertido en jardín, vimos que estábamos solos y nos lanzamos una sonrisita de complicidad. Sin esperar más, mi novio me sujeto por la cintura, me inclinó sobre un banco y empezamos a tener sexo. Ya a punto del clímax, unos turistas doblaron la esquina y el guía (que estaba hablando) se detuvo sorprendido. Todos nos miraron boquiabiertos. Mi novio, sobresaltado me empujo hacia un arbusto para ocultarme, y los dos nos escondimos allí. El guía se aclaró la garganta y trato inútilmente de redirigir la atención de las personas hacia los distintos tipos de flores que había cultivados en la zona”. – Josefina, 32 años

¡Abajo Pared!

“Una noche fui a buscar a mi novio al trabajo. Quería verme linda para impresionar a sus colegas, así que me puse un sexy vestidito de tirantes. Supongo que al menos a él lo impresione con mi elección, porque me llevo al baño para un rapidito. Yo estaba sentada en el lavado y el, de pie, y las cosas marchaban de lo mejor hasta que sentí que algo se movía debajo de mi. En segundo el lavado se desprendió de la pared y aterrizo en el piso de losas con un gran estruendo. En cuanto logramos componernos, abrimos la puerta del baño… y vimos a un grupo de colegas que venían a ver qué había pasado, intentamos disimular, pero ellos enseguida se dieron cuenta de todo”. – Vanessa, 28 años

Crimen en el auto

“Mi novio y yo tuvimos sexo en su auto, que estaba estacionado en la playa. Cuando terminamos, todavía desnudos y tendidos en el asiento trasero, oímos unos golpecitos en la ventanilla. Dos mujeres policías en bicicleta estaban allí mirándonos una muerta de risa, pero la otra muy seria. Nos ordenaron salir del auto y enseñarle nuestras identificaciones. Luego nos lio tratando de ver si habíamos bebido y nos dijo que camináramos en línea recta. En cuanto se aseguro de que no estábamos borrachos, nos puso una multa por actos lascivos en público”. – Glenys, 20 años


Humillación de altura

“Durante un vuelo de siete horas, mi novio y yo quisimos unirnos al club del sexo en las alturas. Nos levantamos de nuestros asientos por separado, nos reunimos en el baño y procedimos a tener sexo restringido (pero muy hot) en el minúsculo espacio. Como no oímos a nadie en la puerta, nos tomamos unos buenos 20 minutos y decidimos salir uno primero y el otro después. Entre risas, abrí la puerta pensando escapar rápido a mi asiento, pero en vez de eso, me encontré con 10 enojados pasajeros que esperaban en línea. La mujer que está en el primer lugar entro al baño, y al encontrar a mi novio, dio un grito y salió corriendo. El y yo caminamos juntos, rojos como tomates, a nuestros asientos. A los pocos minutos, la misma mujer que grito se nos acerco y retomo su asiento…al lado de mi novio”. Johanna, 30 años

“¡No es lo que parece te lo juro!”
Estas chicas apenas pudieron explicar porque estaban en una posición tan comprometedora.

1-    “Un amigo y yo nos quedamos rendidos en el sofá, uno junto al otros. En el sueño me voltee, y mis amigas tomaron varias fotos de lo que parecía un trabajo manual”. – Lina, 32 años

2-    “A mi novio se le cayeron las gafas de sol mientras manejaba. Al detenernos en una luz, me incline a buscarlas. Una mujer en el auto junto al nuestro pensó que le estaba haciendo sexo oral y grito que éramos unos depravados”. – Gina, 17 años

3-    “Mi jefe me pidió ayuda con un disco duro exterior que quería conectar a su computadora. Me agache bajo su escritorio para conectarlo, y el movió su asiento hacia atrás. En eso entro una colega, y al ver mi cara al nivel de su entrepierna, se marcho roja de vergüenza”. – Elisa, 23 años.

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